29 Aug
ENSAYO SOBRE CIENCIA Y HUMANIDADES

Luis Gonzalo Martínez García      Cód: 2162692    Curso Taller de Lenguaje II

Universidad Industrial de Santander

 

DICOTOMÍA ENTRE LAS CIENCIAS Y LAS HUMANIDADES, LA ESPERANZA DEL SER HUMANO Y EL FALSO OCASO.

Las ciencias y las humanidades han sufrido un distanciamiento desde que fue necesaria la hiperespecialización, lo que antes era filosofía –un afán profundo en entender aquello tangible e intangible que nos rodea, se ha convertido en una multitud de ramas aparentemente inconexas como lo podría ser la física –inicialmente llamada filosofía natural, encargada del estudio de las fuerzas y energías-, y la sociología –preocupada por la dinámicas de las sociedades en el aspecto económico, político, religioso, etc-. Distanciamiento que ha generado eternos debates sobre cuál es más importante, más compleja y sobre todo, cuál aporta más a la sociedad actual. Mientras científicos argumentan el estancamiento del humanismo por su incapacidad para hacer efectivos los cambios que tanto pregonan que deben hacerse, los humanistas apelan a ser los únicos realmente preocupados por el bienestar de la sociedad pues los avances científicos nos han llevado a no más que un industrializado mundo consumista y desmedido.


Esto podemos verlo en la conferencia del físico inglés C.P. Snow en 1959 titulada “Las dos culturas”, más tarde publicada como libro bajo el mismo título. Snow lamentaba el distanciamiento que brillaba en la época entre estos dos grupos de conocimiento y con prejuicios de los que muchos hoy siguen vigentes, donde los humanistas académicos entre algunas cosas, hacían ver cómo es que los científicos nunca habían leído a Charles Dickens, y éstos últimos de que los humanistas no podrían citar ni la primera ley del movimiento de Newton. Y aunque el debate ya se superó y se da por hecho el talento y sabiduría de los especialistas en su campo, aún se tacha de que los expertos técnicos no han leído ni siquiera a Dickens y que los intelectuales literatos no tienen la más mínima idea de fundamentos de física, donde es evidente ver a qué lado se inclina la balanza de apoyo de las personas y gobiernos… se pide ciencia y avance pero se deja olvidada la filosofía en un lejano rincón de inutilidad. Esta era industrial, tecnológica, farmacológica y de potencias económicas está dejando atrás el conocimiento y el pensar más puro desarrollado a lo largo de miles de años llevándonos a un desafortunado ocaso de las humanidades. ¿Pero es esto realmente cierto? ¿Qué nos depararía en un mundo que deje reducida a la nulidad el potencial humanístico?


El afamado astrofísico Stephen Hawking aseguró “Venimos de la nada. De un universo que lo contenía todo, y que se crea a sí mismo continuamente, sin la intervención de un Dios y la filosofía ha muerto porque no se ha mantenido al corriente de los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la física. Los científicos se han convertido en los portadores de la antorcha del descubrimiento en nuestra búsqueda del conocimiento”. Un pensamiento muy regado dentro de la comunidad científica pero muy apresurado dictaminar la muerte de una disciplina con tanto trasfondo, y es que él en su condición de autoridad no debía hacer aseveraciones tan extremas y poseedoras de falacias, pues hasta lo que él mismo hacía, era filosofía. Si seguimos esta cadena de grandes científicos con este pensamiento podemos llegar a un futuro en el cual por argumento de autoridad todos dejaremos de creer en aquello que le hace bien a la sociedad sin un beneficio directamente económico ni productivo, algo mucho más profundo y es el conocimiento y crítica a nosotros mismos.


Los avances de la ciencia corren como nunca y no hay directamente un ente o conciencia que regule los alcances a los que puede llegar, nadie paró la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, nadie se cuestionó realmente el alcance que tendría hasta que pasó. Vivimos en una actualidad repleta de ensayos nucleares, de desarrollos de hibridaciones animales-humanos y aun así hay gente que se pregunta por la importancia de la filosofía donde la carga de ética y bioética en estos ejemplos es grandísima.


El mismo Robert Oppenheimer, físico y padre de la bomba atómica sufrió esto, luego de ver las atrocidades a las que había contribuido, decidió ser activista por el desarme nuclear cuando ya el daño estaba hecho, millones de personas asesinadas por un experimento de los alcances nucleares de Estados Unidos bajo la excusa que era para acabar la segunda guerra mundial, ¿cómo no sentir remordimiento de conciencia? ¿Cómo no sentir sangre en sus manos? Tal como le dijo al presidente de la época, Harry Truman. Incluso años después se notaba su carga, como lo muestra en el documental The Decision to Drop the Bomb de la BBC, donde dijo “Ahora me he convertido en la Muerte, soy el destructor de mundos”, basándose en el poema indio de Vishnú y Arjuna. Es claro que todo esto se habría podido evitar si los dirigentes y científicos hubieran tenido el criterio y conciencia de todo lo que causarían, ésta es la importancia del trasfondo humanístico, pues Oppenheimer previendo lo que pasaría en crear un arma tan mortal hubiera siquiera continuado los ensayos en Los Álamos cuando era director del proyecto Manhattan, es decir, a cargo de dicha destrucción.


Por esa y más razones es que no puede haber un ocaso de las humanidades, se debe superar esta dicotomía que ahora cubre una esfera política y su discurso lastimosamente ha estado trascendiendo hasta el punto de que los gobiernos de todo el mundo han estado eliminando cátedras humanísticas en sus currículos escolares, subestimando materias como historia, filosofía, teología, pues ahora lo que se inculca es solamente el valor operativo y directamente útil, ¿cómo podremos ser físicos nucleares sin un criterio ético y “cognoscimiento” de nosotros mismos, investigadores biofarmaceutas al servicio de los millonarios montos de dinero o ingenieros genéticos sin bioética? Porque hasta la ya muy debatida discusión de las células madres no se puede tratar sólo con bioquímica y genética, requiere antropología, sociología, política y ética filosófica. El fin no es mermar las divergencias de éstas con las ciencias naturales e ingenierías, sino “aceptar una legítima reciprocidad”.




REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

SNOW, C.P (1959) Las dos culturas. Recuperado de www.bdigital.unal.co >…PDF Las dos culturas  Universidad Nacional de Colombia

Hawking, Stephen., Mlodinow, Leonard. (2010) El gran diseño. Recuperado de www.researchgate.net/publication/318219431_El_grandiseno

https://www.tendencias21.net/Ciencia-y-filosofia-deben-complementarse-como-vision-del-mundo_a42685.html

http://www.tecnicaindustrial.es/TIFrontal/a-1895-el-humanismo-cientifico-tecnologico-perspectiva-sostenibilidad.aspx

https://hernanmontecinos.com/el-ocaso-de-las-humanidades/

https://culturacientifica.com/2015/04/16/vivir-sin-humanidades/

https://udenarperiodico.com/la-sociedad-vacia-tras-humanismo-perdido/

https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/fisica/oppenheimer-de-la-bomba-atomica-al-pacifismo/

https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-23762008000100017

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